Desde los acordes primeros que escuché, sabía que mi destino estaba marcado por la música. Mi nombre es Alaen Alejandro Solis Miranda, pero el escenario me conoce como Mamvala. Mis raíces se entrelazan con el regional mexicano, donde cada nota es un eco de mi historia. Hace seis años, decidí convertir mi sueño en una realidad palpable. Atrás quedaron los días de incertidumbre y dudas, mientras me sumergía en un mundo donde las melodías y letras eran mi única verdad. Cada paso, cada ensayo, me acercaba un poco más a esa meta que había estado persiguiendo desde la infancia. No ha sido un camino fácil. Cada canción que interpretaba era un pedazo de mi alma, una historia que contar al mundo. Hoy, mi voz resuena en escenarios que antes solo en mis sueños realizaba. Pero no me detengo aquí. Mi camino apenas comienza, y sé que cada nota que canto es un paso más hacia la grandeza que siempre supe que estaba destinado a alcanzar.