Con la misión de crear “música para curar el alma, destapar una botella y desahogar los problemas”, vuelve a escena el cantautor originario de Culiacán, Sinaloa, con un pie en los sonidos sierreños y otro en el folk 
 Quedan todavía, por ahí regados, puños de tipos a quienes les basta abrazar la guitarra para emocionarnos. Nico Orozco pertenece a uno de esos racimos de creadores. Con pulso fuerte, sentimientos broncos y presencia sólida. 
 
 Sin duda, el ambiente desértico y el deslumbrante calor del sol de donde parte Nico, ha influido enormemente en su propia concepción del arte al día de hoy, manifestando célebremente sus composiciones como una nueva forma de recrear el sonido sierreño y el folk 
 Luego de construir y marcar pasos agigantados en su carrera junto a personalidades como Erik Canales (Allison) y Andrés Canalla (Tungas), lo que sigue para Nico Orozco es contar nuevas historias a través de nuevos sonidos, pues la brillante manera de interpretarlos lo ha llevado a consolidarse como una de las mejores propuestas emergentes de los últimos dos años dentro de la industria musical en México.