Los años transitan por sus cuerdas, por su madera y trastes, y no dejo de maravillarme. La bandola andina, instrumento musical, vehículo y camino por donde me gusta andar. Son veinte años tocando y descubriendo la música a través de la bandola, al lado de grandes amigos y colegas con los que he integrado proyectos tan diversos como gratificantes. Creo que la bandola tiene historias que contar, solo me dedico a escuchar y a compartírselas.