Empezamos ensayando en un trastero de 6 metros cuadrados. Hemos tocado apretados en bares diminutos y también en amplios escenarios. Siempre apretados. En la furgoneta cabemos todos. Hemos hecho muchos kilómetros juntos. Somos los mismos componentes que al principio. Gente corriente. Nos reímos de nosotros mismos. Incluso cantando. Tocamos canciones que dicen cosas porque tenemos mucho que decir. Nunca hemos repetido un repertorio porque nos encantan las sorpresas. En el escenario estamos como en casa y cuando termina la función solemos tener la sensación de haber dado el concierto del siglo. Siempre nos quedan ganas para seguir tocando 2 horas más. El otro día nos apeteció regalaros un concierto inolvidable porque desde niños nos enseñaron que de bien nacidos es ser agradecidos. Cargamos con el sillón de casa para intentar transportaros a nuestro salón. Gracias a eso pudimos replicar la foto de la portada de “Libro de Familia”. Al acabar el concierto nos fuimos a casa a brindar. Nos esperaba un perro, como dice "La camiseta del 92". Comimos callos caseros y hablamos de cosas que ya ni recordamos, pero fue divertidísimo. Y todos apretados. Muy apretados, por supuesto. 6 años ya.