Orgulloso de su origen, en ese Yucatán musical y cancioneril donde han nacido tantos y tan buenos compositores. Él respeta profundamente la canción, esa que rebasa el ámbito del divertimiento, para adentrarse en los terrenos del arte y nos obliga a pensar y sentir lo que llevamos dentro, si bien no por el camino de lo comercial, si por esos senderos de lo humano, de lo cotidiano que nos sucede a todos por igual. Ha sido un fiel narrador de su tiempo en su momento social, político y cultural, así también ha sido un portavoz de su generación. Incansable en su ir y venir, crear, componer y cantar, ha destacado en los más importantes festivales de la canción, dejando siempre muy en alto, su orgullo de mexicano. No olvida sus principios y la valiosa ayuda recibida entonces, de tantos, y tantos que así, ahora ha pagado ese amor con una abierta actitud de apoyo y solidaridad con quienes comienzan el camino. Vive inmerso en la música, no la ve como una oportunidad económica, sabe de su importancia y trascendencia y la respeta como elemento de comunicación capaz de transmitir valores que pueden contribuir a mejorar la vida de quienes la escuchan. Nuca ha pensado en el retiro porque nació, ha vivido y vivirá escribiendo canciones y cantándolas y así lo hará hasta el final, como es natural, porque sabe bien que “Nadie se va del todo” mientras alguien nos lleve como un recuerdo en el corazón.