Hago canciones a corazon abierto, desde el alma. Primero las veo como un espejismo y a medida que las canto se hacen realidad, jugando con esas imagenes me expreso y me de-construyo. La música es un viaje sonoro que abre dimensiones para mi. Ha sido en mi infancia clave para sobrevivir. Fue un refugio y una fuente de vida. Cuando la realidad en la que estaba atrapade me abrumaba me recluía en mi cuarto con la luz apagada a tocar el piano capturando melodías que sonaban en la TV o en la ventana de un vecino que escuchaba tangos. Con todas esas mezclas fui creando lo que hoy es mi ADN