Vengo haciendo carrera como pianista y organista de jazz (parece que al público le gusta cómo se ven mis pies en medias al tocar intrincadas líneas de bajo sobre la pedalera del órgano), así como también como arreglador, compositor de música para obras de teatro, danza o audiovisual y como docente universitario. Creo que cada emoción encuentra un nicho distinto donde expresarse mejor. Me encanta el Jazz, pero también me gustan la música orquestal, el folclore, el tango, el rock, el pop y la música contemporánea. Algún día me voy a morir y no voy a hacer más ninguna de todas esas, así que, mientras se pueda, mi catálogo irá engordando con música de variados lenguajes. Después de más de dos décadas fuera de mi país, regresé a la Argentina para radicarme en la pequeña ciudad patagónica de Bariloche.